Que triste es asumir el sufrimiento, patético es creer que una mentira convoque a los duendes del milagro que te hagan despertar enamorada
Te mostré mi fuerza bruta, mi talón de aquiles, mi poesía...
No dejes el barco antes de que zarpemos hacia alguna isla desierta y después veremos
Endulce el agua del mar para tu sed, te alquile el cuarto menguante de la luna... 
Y como buena perdedora busque en la cama las cosas que el amor no resolvía 



Princesa de todos mis palacios