En un momento nada sale bien. Caes, retrocedes, vuelves y de nada sirve. Te levantas, avanzas, seguís y no encuentras el motivo de hacerlo. Genera preguntas sin ningún fundamento y respuestas sin ninguna exposición. Surgen momentos de imaginar, concebir e idear. Ahí es cuando imaginas lo mejor, concebís que suceda e ideas y planeas todo para que sea tal cual a tu sueño. Generalmente ese sueño no se cumple rápido y hasta tal vez jamás pase. Es por esa razón nos angustiamos y muchas veces vivimos con ese pensamiento, con ese dolor, ya sea un dolor pequeño, o sea un gran dolor. En ese dolor suceden muchas cosas, se viene el recuerdo, el desgano, la rabia, la bronca, la impotencia, la desilusión, las ganas de seguir se asemejan y sólo las preguntas sin respuesta y la soledad parecen estar presentes. Claro que muchos dicen que no es cierto. NO ESTÁS SÓLO, ESTOY YO. ¿Estás? Verdaderamente ¿Estás? ¿Por qué en este momento en el que estás no te siento? NADIE CONTESTA.¿Por qué tengo esta tristeza dentro? NO HAY RESPUESTA. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? SON RESPUESTAS QUE JAMÁS TE VAN A CONTESTAR.En esos momentos es muy difícil sonreír, pero siempre hay ALGUIEN que una sonrisa te saca, es una, es UNA SONRISA que dice muchas cosas. Esas cosas que luego de una situación confusa y triste te hace pensar mucho. Pero ya no piensas en caer, retroceder y volver en vano. En ese momento sólo piensas en caer para después levantarte, retroceder para luego avanzar mucho más, volver y seguir adelante. Y con todo eso, ya no piensas que nada tiene sentido. Sucede todo lo contrario: Sonríes, te das cuenta de que no vale la pena todo aquello que pensabas y dices que las ganas de vivir renacieron, aunque tal vez tengas sueños, que sólo sean eso y que sólo en ellos los cumplirías, aún así sonríes, porque así es la vida.